Ginecología Natural: Sanando con la Sabiduría de las Plantas

“Te duele la regla… ¿Y te han recetado anticonceptivos?”
Esta frase la escucho más de lo que me gustaría.
Y no porque esté mal buscar alivio, claro que no. Sino porque ese “alivio” muchas veces es solo un parche que silencia lo que tu cuerpo está intentando decirte.
El error más común: tapar el síntoma sin mirar el origen
El dolor menstrual no es normal. Es común, sí. Lo hemos normalizado entre amigas, en el cole, en el trabajo. Pero que sea común no significa que sea saludable.
Muchas veces, la solución rápida que nos ofrecen es la píldora anticonceptiva. Y ojo: puede quitar el dolor, pero no está resolviendo el problema de raíz.
Está apagando tu ciclo natural. Está enmascarando desequilibrios hormonales, emocionales o energéticos que necesitan ser vistos.
Es como bajar el volumen de la alarma de incendios… pero dejar la casa ardiendo.
Entonces… ¿por qué duele?
El dolor menstrual puede estar causado por múltiples factores:
• Inflamación crónica
• Exceso de estrógenos y desequilibrios hormonales
• Estancamiento energético en la zona pélvica
• Estrés emocional no expresado
• Frío en el útero (sí, ¡el útero también necesita calorcito!)
• Dietas pobres en nutrientes esenciales
• Falta de descanso o autoescucha
Tu útero no es el enemigo.
Tu útero te está hablando.
Y te está diciendo: “Aquí hay algo que mirar.”
La buena noticia es que sí hay
formas naturales de reducir y transformar ese dolor, escuchando lo que tu cuerpo necesita. Aquí van algunas de ellas:
1. Aplica calor con intención: Compresas de calor, fajas de lana, saquitos de semillas… ¡tu útero lo agradece!
2. Infusiones antiinflamatorias y relajantes: Jengibre, caléndula, milenrama, manzanilla, cúrcuma… Plantas que ayudan a calmar el espasmo y relajar la musculatura uterina.
3. Alimentación consciente: Evita los lácteos, el azúcar refinado y los ultraprocesados. Apuesta por grasas buenas, vegetales, semillas y alimentos ricos en magnesio y vitamina B6.
4. Movimiento suave: Danza, estiramientos pélvicos, yoga menstrual… El movimiento fluido ayuda a desbloquear y liberar.
5. Conecta con tu ciclicidad: Sí, aquí está la clave de todo. Conocer en qué fase estás, cómo te sientes y qué necesitas, es como tener un mapa interno que te guía.
Un mapa que mes a mes te dice cómo estás, qué necesita tu cuerpo y qué debes soltar.
El dolor es un maestro
No viene a fastidiarte.
Viene a mostrarte lo que no has querido mirar.
Y cuando te escuchas, cuando te permites descansar, nutrirte, entender tus ritmos…
el dolor se transforma.
Spoiler…
Todo esto y mucho más lo trabajamos en profundidad en mi programa
Cuatro Lunas,
donde durante 5 meses recorremos el mapa de tu ciclicidad para ayudarte a conectar con tu cuerpo, sanar desde la raíz y recuperar tu energía femenina.
Porque el mapa no está afuera.
El mapa lo llevas dentro.
Solo necesitas aprender a descifrarlo.
¿Te animas a escucharlo?